El 11 de junio se cumple un aniversario más de la creación de la bandera puertorriqueña, bandera que representa a todo puertorriqueño que haya sabido honrarla.
Mi bandera
Bandera puertorriqueña, sigo siempre a tu lado, el invasor no ha logrado que la cambie por la extranjera.
Pues no hay poderes, ni habrán que hagan que te reniegue, combatiré hasta el final para que flotes libremente.
En nombre de Vélez Alvarado y en nombre de la dignidad patria, la vida te ofrendamos hasta verte consagrada.
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El 11 de junio se cumple un aniversario más de la creación de la bandera puertorriqueña, bandera que representa a todo puertorriqueño que haya sabido honrarla.
Me pregunto si sería coincidencia o pocavergüenza el que los agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) seleccionaran el 23 de septiembre, fecha histórica para Puerto Rico, para asesinar al patriota revolucionario Filiberto Ojeda Ríos, y que ahora los entregados a los invasores, los Benedict Arnolds de la colonia, escogieran el 11 de junio, otra fecha histórica, para buscar el suicidio del pueblo boricua.
¿Quién fue Benedict Arnold? Fue un general del ejército revolucionario que luchaba contra los ingleses por la independencia de las 13 colonias y que traicionó a los suyos y se pasó al bando enemigo. Cualquier semejanza con los Benedict Arnolds de la colonia no es coincidencia.
¿Qué hacía Jorge Washington con los que traicionaban la lucha por la independencia? Los mandaba a fusilar. Con el derecho de los pueblos a su independencia no se juega, ni con falsos plebiscitos ni con teatros electoreros.
Para terminar, quiero dedicarle el siguiente poema a todos aquellos que se respetan a sí mismo como puertorriqueño, como puertorriqueña.
Vengo del parto de Lares
Nunca he dudado ser yo, ni cargo carimbo conmigo, no ha podido el opresor, marcarme con su apellido.
Siempre he sido boricua, ciudadano puertorriqueño, eso no me lo quita, fuerza alguna del imperio.
Nací en el Grito de Lares, y me reafirmé en Jayuya, no me parió la Ley Foraker, ni soy aborto de la luna.
Yo nací del alma de Betances, a sangre y fuego surgió mi alma, yo nací en el parto de Lares, soy hijo del vientre de Mariana.
Que yo soy, he sido y seré, un pitirre puertorriqueño, no porque lo diga un papel, ni ley alguna del imperio.
Simplemente soy quien soy, nunca he dejado de ser, lo que fui ayer soy hoy, y lo que hoy soy seré después.
Que no hay poderes ni fuerzas, ni retórica de vitrina, que hagan que jure bandera, a otra bandera que la mía.
Que yo nací puertorriqueño, de alma y corazón adentro, y antes que dejar de serlo, ¡me voy directo al infierno!
Publicado en: Cancel Miranda, Rafael. Sembrando patria y verdades. Edición privada: San Juan, 1998.
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