Nos decía Pedro Albizu Campos que la anexión es la culminación del coloniaje, y yo le añadiría que también sería el suicidio del pueblo puertorriqueño. Sería formalizar la entrega de nuestra patria a los anglosajones y de nuestros hijos al Pentágono para participar en las tantas guerras del imperialismo. Careceríamos de todo poder para decidir nuestro destino pues éste estaría en las manos de los anglosajones. En otras palabras, estaríamos dándole permanencia a la esclavitud colonial que vivimos.

¿Qué bajo la estadidad habría igualdad? Pregúnteles a los negros, a los mexicanos, a los boricuas que viven bajo la estadidad en la entrañas del monstruo. Una vez más,  los entreguistas/anexionistas nos vienen con otro teatro plebiscitario, un plebiscito que sería amañado dada la situación colonial en que vive nuestro pueblo.

Como los nacionalistas y otros defensores de la independencia denunciamos en la Organización de las Nacionales Unidas (ONU), en 1953 cuando Estados Unidos intentó convencer al mundo de que el pueblo puertorriqueño había votado libremente por el “Estado Libre Asociado” y, por lo tanto, había alcanzado su soberanía, los nacionalistas argumentamos que solo los libres pueden votar libremente y Puerto Rico no era libre. Por eso, el 1 de marzo de 1954 fuimos Lolita Lebrón, Andrés Figueroa Cordero, Irvin Flores Rodríguez y yo al Congreso estadounidense para llamar la atención del mundo a la mentira del “Estado Libre Asociado” y denunciar que Puerto Rico seguía siendo una colonia.

Ahora, 63 años después de nuestra demostración armada, tanto la Casa Blanca, como el Tribunal Supremo y el Congreso federal nos tiran en la cara que, en efecto, seguimos siendo una colonia. Para que no haya duda, nos imponen una humillante junta dictatorial que cancela todo disimulo de poder del supuesto gobierno de Puerto Rico. Hoy, los anexionistas que llamaban a los nacionalistas “locos” por denunciar el estado de coloniaje de Puerto Rico se declaran “anticolonialistas” y reclaman que con la estadidad nuestro país dejará de ser colonia.  Hablan como si fueran los marcianos y no los anglosajones quienes por 119 años nos han tenido bajo el yugo colonial. Es la voz de los esclavos que suplican a los amos para que les permitan ser parte de ellos. ¿Se habrá visto tamaña desfachatez? ¿O será una táctica de los anexionistas para desviar la atención del pueblo de la crisis que sufrimos dado nuestro estado de coloniaje? ¡No nos dejemos engañar!

Si por crasa ignorancia
traicionaras a tu pueblo,
aunque me doliera el alma,
no te culpo por completo.

Pero si lo traicionaras
por maldad o por un precio,
espero que cuando te vayas,
vayas directo al infierno.