Con raras excepciones no gusto de oír a los políticos, pero escuchaba el programa radial Fuego Cruzado anoche, cuando interrumpieron el programa para transmitir un mensaje del aguaje de gobernador Rosselló Nevares, quien acababa de regresar de Washington, D.C. Pensé que aprovecharía para responder a la ofensa hecha por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump en un mensaje de Twitter, en el que reafirmaba que no habría ayuda alguna para paliar la crisis de Puerto Rico por parte de su gobierno, pero hizo todo lo contrario.
En su mensaje, Rosselló Nevares amenazó a los que luchan por la dignidad del pueblo puertorriqueño y que participarán en el paro nacional del Primero de Mayo en San Juan, y hasta se atrevió llamarlos delincuentes. Lo que debió haber hecho era llamarle la atención al señor Trump y dejarle saber que han sido ellos los que han explotado y siguen explotando al pueblo puertorriqueño para su beneficio. Debió haberle recordado que desde la invasión de su país a Puerto Rico el 25 de julio de 1898 han explotado al pueblo puertorriqueño, empezando por la devaluación de la moneda puertorriqueña en un 40 por ciento, lo que llevó a la quiebra a muchos empresario puertorriqueños.
Debió haberle recordado, además, que el primer gobernador que nos impusieron, Charles Herbert Allen, se hizo millonario mediante el robó a nuestra industria azucarera. Las Leyes de Cabotaje impuestas a Puerto Rico, que nos obligan a transportar todas nuestras importaciones y exportaciones en embarcaciones de bandera estadounidense también nos han costado miles de millones de dólares. Sus megatiendas han destruido el comercio local y sus transnacionales han destruido nuestra economía mediante la transferencia de miles de millones de dólares en ganancias al año. La destrucción de la agricultura nos obliga a importar de Estados Unidos el 85 por ciento de los alimentos que consumimos, lo que representa 21 mil millones de dólares que van para las arcas de los agricultores estadounidenses.
En otros países Estados Unidos tiene que pagar millones de dólares por mantener bases militares en esos territorios. A Puerto Rico lo llenaron de bases militares sin pagar un solo centavo. Pero peor que eso fueron los miles de jóvenes puertorriqueños que fueron obligados a pelear y morir en sus guerras. Eso era lo que el señor Rosselló Nevares debía contestarle al señor Trump, en lugar de ponerse a amenazar a los que luchan por los derechos que él no se atreve defender. Y hablando de delincuentes, no tiene que mirar muy lejos para encontrarlos a su alrededor. De tal palo tal astilla.
La marcha del Primero de Mayo será una marcha de amor patrio. Si hay algún acto de violencia, no será por parte de los manifestantes. Esperamos que todos podamos caminar dándonos las manos. No importa las diferentes maneras como podamos pensar, pero sí unidos por la dignidad y el futuro de todos.
Que yo soy puertorriqueño de los pies a la cabeza, y no hay poderes, ni imperio que me agringuen la conciencia. ¡Todos a la marcha!
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