Oscar López Rivera sembró la semilla de muchos de los proyectos académicos, estudiantiles y comunitarios en Chicago, relacionados a la comunidad puertorriqueña y otros grupos minoritarios en esta ciudad, que han surgido alrededor de los últimos 45 años.
“(En la comunidad) hay mucha obra de Oscar. Aunque Oscar no estuvo con nosotros (por los últimos 35 años), él plantó la semilla de la gente de esta comunidad,” sostuvo el ahora CEO del Museo Nacional de Artes y Cultura Puertorriqueña, Billy Ocasio, y quien en el pasado fuera concejal de distrito y asesor superior del exgobernador de Illinois, Patt Quinn.
Y es que la trayectoria política de López Rivera comenzó en Chicago. Su trabajo comunitario, específicamente, comenzó en la Northwest Community Organization (NCO), una organización muy conocida que en la década de los setenta se caracterizó por defender los intereses de comunidades marginadas, como la puertorriqueña. Esta organización (NCO) trabajaba mayormente asuntos de vivienda, salud y capacitación laboral. A través de la misma, López Rivera fue adiestrado por líderes comunitarios que habían sido discípulos de Saul Alinski, considerado el fundador de la organización comunitaria moderna y conocido por emplear destrezas organizativas enfocadas en mejorar las condiciones de vida de las comunidades más marginadas a través de los Estados Unidos.
Disturbios 1966
Fue a partir de los disturbios de 1966 en la Calle Division, donde estaba asentada la comunidad puertorriqueña de la época, que esta población comenzó a formar su conciencia política. Luego de estos disturbios entre la comunidad, que se sentía desatendida en cuanto a las condiciones de vivienda, oportunidades educativas y el racismo generalizado, y la oficialidad de la ciudad, la comunidad puertorriqueña allí asentada comenzó a participar de la vida administrativa y política a nivel local y estatal.
Varias instituciones sociales, políticas y educativas surgieron luego de estos disturbios, entre éstas, el Centro Cultural Puertorriqueño Juan Antonio Corretjer como institución sombrilla que incluye varias iniciativas enfocadas en salud, vivienda, educación, artes y cultura, y/o programas afiliados. En el Paseo Boricua en Chicago, un estrecho cultural y comercial en la Calle Division establecido en 1995, se han desarrollado la mayor parte de las iniciativas que surgieron a partir de los disturbios. El mismo está delimitado por el proyecto de arte público de las dos banderas puertorriqueñas de acero (18 metros/59 pies de alto, 45 toneladas de peso), que están cerca de las intersecciones de Division/California y Division/Western. Entre estas iniciativas se encuentran:
Escuela Secundaria Dr. Pedro Albizu Campos
El Centro Cultural Puertorriqueño Juan Antonio Corretjer cuenta con dos proyectos educativos: el Centro Infantil Consuelo Lee Corretjer y la Escuela Secundaria Dr. Pedro Albizu Campos, escuela alternativa con enfoque pedagógico puertorriqueño y diseñada para los estudiantes a quienes el sistema educativo tradicional no les ha funcionado.
Museo Nacional de Artes y Cultura Puertorriqueña
El Museo Nacional de Artes y Cultura Puertorriqueña, fundado en el 2000, es el único museo en Estados unidos dedicado exclusivamente a las artes puertorriqueñas durante todo el año. Actualmente exhiben cuatro exposiciones: Ciencia poética, que es una aproximación artístico-científica de El Yunque, Material, una experiencia cromática de la diáspora, Las Caras Lindas, una exhibición itinerante que agrupó diversos artistas de Puerto Rico y sus proyectos de máscaras de vejigantes, y Metamorfosis de un enredo divino, una exhibición en solitario del artista Luis Martínez. Además, hay una sección que incluye diversas obras del artista plástico puertorriqueño Antonio Martorell, incluyendo “Buscando a Oscar”. El artista ha explicado que esta obra es una sopa de letras que provoca buscar oraciones.
Vida/Sida
Vida/Sida, establecido en 1988, ofrece servicios de prevención de VIH enfocado a las necesidades de la comunidad LGBTTQ que estén en riesgo de vivir con este virus. Es el primer programa preventivo que sirve a las necesidades de los puertorriqueños y otros grupos minoritarios en Estados Unidos.
Apartamentos Teresa Roldán
Parte del legado de Oscar con relación a vivienda son los Apartamentos Teresa Roldán para personas de más de 59 años de edad. Hipólito (Paul) Roldán es el director del programa de estos apartamentos y es una de las personas más destacadas en asuntos de vivienda asequible en Chicago. El prisionero político puertorriqueño López Rivera y él se conocen desde hace mucho tiempo. Ambos formaron parte del Ejército de Estados Unidos y recibieron la medalla de bronce, medalla que se les da a los combatientes por actos “heroicos o meritorios” en zonas de combate.
“Él hizo mucho cuando estuvo aquí (en Chicago) y definitivamente plantó la semilla (para todo lo que se ha desarrollado)” sostiene Roldán, quien también destacó el trabajo de López Rivera en las comunidades, especialmente con los exconvictos y drogadictos. Igualmente añadió que el nivel de intolerancia e ignorancia sobre la comunidad puertorriqueña en Chicago, especialmente durante la década de los setenta, era muy frustrante.
El Rescate
El Rescate es un refugio transicional para jóvenes de la comunidad LGBTTQ que se encuentren sin un techo donde vivir. En este refugio se les ofrece vivienda temporal, comida, mentoría y otras alternativas para que puedan reconstruir sus vidas y conseguir un trabajo.
(Tomado de Claridad) Foto: Chicago Tribune
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