Apoyamos la resistencia y la lucha de Puerto Rico por su independencia, aún ausente de la CELAC, y celebramos el indulto de Oscar López Rivera, fruto de la batalla de su pueblo y de la solidaridad internacional por su liberación.
Encuentro de Movimientos Sociales y Fuerzas Políticas “Por la paz, la unidad y la integración de Nuestra América”
Declaración de Santo Domingo
Los movimientos sociales y las organizaciones políticas de América Latina y el Caribe, reunidos los días 23 y 24 de enero del 2017 en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, suscribimos el presente documento de ferviente apoyo a la V Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños –CELAC-, junto a la esperanza de que contribuya aún más a la consolidación y el fortalecimiento de ese importante mecanismo de concertación y acción mancomunada de nuestros países, en defensa de los intereses y derechos de las naciones y los pueblos.
La CELAC representa un rayo de esperanza para los países latinoamericanos y caribeños que debemos coordinar esfuerzos para juntos combatir los grandes males que nos aquejan, como son: la pobreza, el hambre, el desempleo, la falta de acceso a servicios de salud, educación y a viviendas dignas, la desigualdad de género y violencia contra las niñas y mujeres, la violación de los derechos más elementales, la guerra cultural y mediática, la inseguridad ciudadana, el flagelo de las drogas, las políticas neoliberales, las acciones ilegales y depredadoras de las empresas multinacionales, la destrucción del medio ambiente, el intercambio desigual y los obstáculos para una comunicación contra hegemónica, entre otros males.
Sumamos nuestro esfuerzo militante a la lucha común por la soberanía nacional, la democracia, el desarrollo sostenible y la garantía de todos los derechos humanos para todos nuestros ciudadanos. Esto se torna más indispensable cuando la ofensiva de la derecha en el continente y el reciente ascenso al poder del presidente estadounidense, aumenta el riesgo de que, junto a sus prédicas hegemonistas, misóginas, racistas, xenófobas e imperialistas, se multipliquen y ejecuten las amenazas de agresión características de la vieja política del gran garrote y el intervencionismo, que tantas tragedias han causado a nuestros pueblos a lo largo de la historia.
Denunciamos militantemente esas graves amenazas, llamamos a la alerta, la solidaridad más decidida y la unidad de nuestros pueblos, y reclamamos espacios de diálogo entre los gobiernos y los movimientos sociales para enfrentar esos y otros desafíos.
Respaldamos la Proclamación de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, como fuera acordado en 2014 por los Jefes de Estado y Gobierno en la Segunda Cumbre de la CELAC.
Rechazamos la implantación de bases militares por países y organizaciones ajenos a la región, la reactivación de la IV Flota, la implementación de un nuevo Plan Cóndor, los ejercicios militares conjuntos con potencias y organizaciones extranjeras, como la OTAN, y demandamos el retiro de la MINUSTAH de Haití, primer país en alzarse contra la dominación colonial y con el cual nos solidarizamos permanentemente.
Condenamos la criminalización de la protesta social y la persecución por grupos paramilitares contra gobiernos, organizaciones y líderes progresistas. En ese sentido, exigimos la libertad de la diputada Milagro Salas y del luchador político Simón Trinidad, y reclamamos justicia para el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Apoyamos la resistencia y la lucha de Puerto Rico por su independencia, aún ausente de la CELAC, y celebramos el indulto de Oscar López Rivera, fruto de la batalla de su pueblo y de la solidaridad internacional por su liberación.
Respaldamos firmemente la soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
Nos unimos al reclamo mundial por el levantamiento inmediato e incondicional del bloqueo genocida contra la hermana República de Cuba por parte del Gobierno de los Estados Unidos y la devolución del territorio ocupado por la Base Naval de Guantánamo.
Expresamos nuestro apoyo incondicional a la Revolución Bolivariana y al legítimo gobierno liderado por el presidente Nicolás Maduro. Exigimos la derogación de la injerencista Orden Ejecutiva del Gobierno de los Estados Unidos que califica a Venezuela como una amenaza a su seguridad nacional.
Saludamos la reciente victoria electoral del Frente Sandinista en Nicaragua y la reelección del Presidente Daniel Ortega. Alertamos sobre el intento de socavar la estabilidad del gobierno de El Salvador.
Reclamamos la urgente necesidad de erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad social, para construir sociedades justas e inclusivas, que garanticen el acceso para todos a la salud, la educación pública, gratuita y de calidad, a una vivienda digna sin desalojos forzosos, el trabajo digno y el respeto a las conquistas y derechos laborales, el fomento de la cultura y la identidad, las oportunidades para los jóvenes y estudiantes, y la participación efectiva del pueblo. Nos solidarizamos con las luchas de los maestros y los estudiantes en toda la región, incluyendo las reformas educativas.
Apoyamos los esfuerzos del pueblo colombiano por alcanzar la paz con justicia social, luego de cinco décadas de cruenta guerra, en el marco de los acuerdos logrados entre el gobierno colombiano y las FARC-EP, y del inicio del diálogo con el Ejército de Liberación de Nacional. La paz de Colombia es la paz del continente.
Nos guía la convicción inequívoca de que el más efectivo recurso es la unidad de las naciones y los pueblos, y en ese ánimo reiteramos nuestro compromiso militante de hacer cuantos esfuerzos sean precisos para poner esa fuerza popular en pie, y así formar una barrera infranqueable contra las pretensiones del imperialismo estadounidense y sus aliados. Avanzar hacia la conquista de nuestra definitiva liberación nacional y social, que desde la inmortalidad nos siguen señalando los guías y precursores de esa causa, nos anima a adoptar la presente Declaración y suscribrirla con el más alto espíritu de solidaridad latinoamericana y caribeña, con eterno compromiso al legado de los invictos Comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez e inspirados en la heroica resistencia de mujeres como Mamá Tingó, las Hermanas Mirabal y todos nuestros héroes y mártires de la Patria Grande.
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