Oscar, no sé si puedes imaginarte la alegría de tu pueblo por el anuncio de tu salida de prisión. En estos días, por dondequiera que camino la gente que me reconoce me asocia contigo --lo que me honra-- y se me acercan para decirme lo contentos que están por tu excarcelación.
Muchos quisiéramos que fuera ya y no el 17 de mayo. Demasiado tiempo has pasado encarcelado para que tengas que esperar cuatro meses más para salir. Pero, como decimos en mis barrios, algo es algo.
Quisiera aprovechar para expresar mis gracias a todos aquellos y aquellas que por tanto tiempo han luchado por tu excarcelación. No solo a nuestros compatriotas, sino también a los de otras patrias como Cuba, Venezuela, Nicaragua, México, República Dominicana, Uruguay, Canadá, Suecia, España, Estados Unidos y otras. Gracias a los cientos de miles que firmaron peticiones a Barack Obama por tu libertad. Cada una de esas firmas tuvo mucho que ver con tu excarcelación. Gracias en particular al Papa Francisco y al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al ex presidente de Uruguay, José Mujica, al congresista Luis Gutiérrez, a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, y a la presidenta del Consejo Municipal de Nueva York, Melissa Mark Vivirito. Gracias a Monseñor Roberto González, arzobispo de San Juan y los otros dignos representantes religiosos que dieron testimonio elocuente de su fe. Un agradecimiento muy especial a las compatriotas 32 Mujeres por Oscar en Puerto Rico y 32 Mujeres por Oscar en Nueva York. Especialísimas gracias a Olga Sanabria y a Bomexi por sus ayunos por Oscar. Gracias, muchas gracias, a la abogada Jan Susler, quien por años y años estuvo dedicada a que se hiciera justicia en el caso de Oscar. Y gracias a Tuto Villanueva, Rita Zengotita, Fernando Cabanillas y a todos los miembros de los distintos comités de apoyo en Puerto Rico y a través del mundo, como el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y el Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad de los Pueblos.
Un abrazo fuertísimo lleno de alegría para Clarisa, hija de Oscar, y José y Mercedes, sus hermanos, quienes dedicaron sus vidas a luchar por la excarcelación de nuestro Oscar. La victoria es su recompensa.
La lista, por fortuna, es larguísima. Me perdonan si se me ha quedado alguien, pero para ese alguien, también mis gracias.
Oscar nos ha honrado a todos con una vida dedicada a su pueblo. En nombre de todos nosotros van estos versos dedicados a Oscar.
¡Gracias, Oscar! Boricua, Oscar López Rivera, la Patria siempre te agradecerá que confrontaste sin una queja las torturas por su libertad.
Sé de tus noches y días oscuros, de las tinieblas de tu soledad, tus sueños estuvieron de luto, pero venciste, ¡vuelve a soñar!
Serás una luz en el camino, una luz que nunca se apagará, la luz de valor y sacrificio que a tu Patria siempre alumbrará.
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