Al reconocido economista profesor Francisco Catalá, mencionar la “cláusula territorial”, contenida en la Constitución de Estados Unidos (EE UU) le produce un “placer perverso”. La cláusula territorial es el poder que invoca el Congreso de Estados Unidos para aprobar e imponer a Puerto Rico la llamada ley PROMESA (Puerto Rico Oversight, Management and Economic Stability Act).
Por su parte para el congresista demócrata de origen boricua, Luis Gutiérrez, Promesa es un acto que demuestra que el poder colonial tiene la intención de que el pago de la deuda de Puerto Rico no les cueste ni un centavo, por lo que no está dispuesto a hacer absolutamente nada, respecto a la deuda.
Mientras que para la moderadora, la abogada y periodista Adriana Alonso Calderón, Promesa también es un reto para las luchas que todavía tienen que librar las mujeres y los jóvenes.
Estas y otras expresiones e impresiones fueron vertidas en el conversatorio, Falsa Promesa: un acercamiento a nuestro futuro, auspiciado por CLARIDAD, en el cual quedó demostrado que frente a Promesa, el pueblo siente incertidumbre y fatalismo ante lo cual se requiere la concertación entre todos los sectores dispuestos a enfrentarla, trabajo y valentía. Cada uno de los participantes expuso desde su campo de acción lo que representa la citada ley que impone a Puerto Rico una Junta de Control Fiscal (JCF), la cual tiene poder absoluto sobre todo el gobierno del eufemismo con el cual se nombra a la colonia de Puerto Rico, estado libre asociado.
En el tono ameno pero muy ilustrativo que distinguen las exposiciones del doctor Catalá, este citó la cláusula territorial que indica que el Congreso puede disponer de cualquiera de sus pertenencias, territorios, para destacar la magnitud de la ley Promesa. Indicó que esta tiene tres vectores. Una la reestructuración de la deuda que sería alterar los plazos de origen, lo que puede conllevar también un llamado descuento o “quita” de la deuda. Al admitir que no sabe cómo se haría la llamada “quita”, no vaciló en expresar que sus sospechas son que sería una sesgada a favor de los bonistas. El segundo vector de Promesa es la estabilización lo cual implica la reducción de gastos en el gobierno con sus consabidas consecuencias.
El tercer vector es el coordinador de infraestructura, quien más que coordinar nuevas obras de infraestructura, su nominación implica el poder de vender, privatizar, alquilar cualquier bien público que entienda sacará dinero para pagar a los bonistas. “Los acreedores hacen sentir a los deudores culpables”, describió Catalá en alusión al discurso que rodea la deuda y en tono cínico comparó que los deudores “somos ángeles caídos” y los acreedores “ángeles custodios”. Con este discurso no es de extrañar, aludió Catalá el que muchas personas consideren y vean a la JCF como un ente redentor, fiscalmente responsable, según el lenguaje de la ley.
En tanto el congresista Gutiérrez con su narración de la experiencia de la aprobación de Promesa en el Congreso reiteró el total significado colonial de Promesa. El congresista por el distrito cuatro de la ciudad de Chicago recordó que durante el debate de la ley hubo congresistas que dijeron que votaban por ella porque ‘esto no les costaba un centavo’, lo que dijo representa un principio básico de que EE UU no va a hacer absolutamente nada por Puerto Rico.
Ante esta postura criticó que EE UU no reconoce que Puerto Rico está económicamente debilitado debido a su situación colonial y puso de ejemplo que si suman los $500 millones anuales que le cuestan a Puerto Rico las Leyes de Cabotaje en 20 años se puede pagar la deuda. También hizo alusión a que les habló a los congresistas de que sus padres se tuvieron que ir y otros cientos de miles de puertorriqueños, y aunque son otros momentos aludió a que la crisis que viene ahora ante la falta de un plan de reestructuración de la economía, se avecina una ola migratoria más fuerte a la que hubo en la Isla cuando se “fueron mi Papá y mi Mamá”, se refiere a la década de los años ‘50 y ‘60 del siglo pasado.
El congresista planteó que los independentistas tienen que ver cómo responden en este momento de crisis y que quizás no ha habido mejor momento para la independencia que ahora. En esa dirección además contó que durante el debate de Promesa los congresistas republicanos admitían que Puerto Rico es una colonia por lo que no tenían que consultarle para imponer la ley. Ante estos señalamientos Gutiérrez expresó que cree que en el Congreso va a haber un debate sobre la estadidad y una propuesta sobre la independencia para Puerto Rico.
Al punto aludió que durante el debate de los candidatos a la gobernación de Puerto Rico, al escuchar a María de Lourdes Santiago, la candidata del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) se cuestionó por qué alguien que dio su primer voto por el PIP –se refiere a él– no propone la independencia para Puerto Rico en el Congreso de EE UU.
Se cuestionó que después de 12 términos en el Congreso no sabía si había negociado demasiado pero reafirmó que Promesa ofrece la oportunidad de acercarnos más a nuestro pueblo y hablar de la independencia.
Adriana Alonso, por su parte, hizo un llamado a escuchar a nuestros jóvenes a apoyar las iniciativas que se realizan para hacerle frente a la Junta de Control Fiscal y a seguir luchando por un país más equitativo.
Fuente: Claridad
Foto: Alina Luciano |