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Monseñor Antulio Parrilla Bonilla, S. J.: Líder de la unidad independentista PDF Imprimir Correo
Escrito por José E. Laboy Gómez   
Jueves, 25 de Agosto de 2016 04:31

antulio-parrilla

El obispo de la Iglesia Católica en Puerto Rico, Antulio Parrilla Bonilla, fue un fiel defensor de la unidad independentista en Puerto Rico. Monseñor Parrilla situaba la concordancia y unidad independentistas como el sostén del proyecto independentista-socialista, y como base del cambio político, social y económico del País. En medio de la crisis que arropa a Puerto Rico y ante la implantación de la llamada Junta de Control Fiscal, es pertinente recordar los lineamientos que esbozaba este religioso en torno a la unidad independentista, como medio indispensable para derrotar finalmente la colonia y demoler el discurso estadista.



Entre las décadas de 1960 y 1970, Parrilla Bonilla fungió como una de las figuras claves de la unidad independentista. Este obispo puso todo su empeño y esfuerzo en darle sentido de unidad y coordinación a las fuerzas patrióticas de Puerto Rico. Constituía para este prelado católico una tarea indelegable desarrollar un solo frente, con todas las líneas y pensamientos posibles, pero con una finalidad en común: fortalecer el discurso anticolonial y antiestadista.

Una de las primeras actuaciones de este sacerdote jesuita, en pro de la unidad independentista, fue desde su papel como Presidente del Comité Nacional Pro Centenario del Grito de Lares en 1968. Cabe destacar que este sacerdote ejemplificó la consigna unitaria del independentismo a su máximo esplendor. Como Presidente del Centenario, Antulio Parrilla Bonilla le dio pies y manos a la fórmula unitaria patriótica, lo que permitió un discurso de respeto hacia la diversidad ideológica y metodológica de las fuerzas independentistas y socialistas. A continuación, observemos lo que plantea Juan Mari Brás en torno a este asunto:

… desde mi posición de laico, proclamé y sigo proclamando a Monseñor Parrilla como un santo. La Iglesia tiene sus particularidades procedimientos para establecer la santidad…La patria tiene los suyos. Y según entendido la Iglesia requiere, para proclamar santo a un beato, que se compruebe que ha realizado milagros. En el plano del patriotismo yo doy testimonio de un gran milagro de Monseñor… Monseñor realizó el milagro de poner de acuerdo a los independentistas puertorriqueños en el Centenario del Grito de Lares. Y no es de poca monta ese milagro…

Según este jesuita, el problema de la falta de unidad entre los puertorriqueños antecedía a la desunión de los independentistas. Cabe sostener, pues, que Parrilla Bonilla creía que el problema básico del País, primero que la división de los independentistas, era la falta de cohesión de los puertorriqueños en general. No en balde, el sacerdote Antulio Parrilla traía a la atención el papel imperialista de los Estados Unidos y sus tácticas divisorias de la población a la cual dominada y oprimía. Decía Parrilla que Estados Unidos acuñaba fielmente este pensamiento: “Divide a los colonizados y divide a los no colonizados, divide al país sometido y tendrás dominio absoluto de ese país”.

Para la articulación del proyecto nacional independentista, Antulio Parrilla Bonilla establecía un nexo inescapable entre la unidad independentista y el crecimiento de las huestes patrióticas. De modo que la unidad, para este jesuita boricua, formaba parte de la tónica política de reconstrucción del discurso nacional puertorriqueñista, soberanista e independentista. No obstante, para logar esta unión y el renacimiento de las filas patrióticas, el sector independentista en Puerto Rico, según Parrilla Bonilla, tenía que reflejar humildad. Veamos lo que señalaba el obispo: “Nos hace falta a los puertorriqueños la unidad, pero nos hace falta también, sobre todo a los puertorriqueños que somos profesos independentistas, la humildad. La humildad necesaria para la unidad…”

Completamente inadmisible para este cura era el ataque innecesario que discurría, muchas veces, en el campo independentista. Para él, esta conducta le hacía un contrasentido al marco unitario y a la causa independentista. Decía Parrilla: “El primer paso a la unidad independentista es el renunciar aquí y ahora a atacarnos los unos a los otros… Ningún independentista de conciencia deber ser tildado de traidor, ningún independentista deber ser llamado burgués”.

Como hemos visto hasta ahora, este obispo puertorriqueño forjaba una idea teórica y práctica de la unidad independentista. Por un lado, desarrollaba un discurso lógico sobre los rasgos distintivos del llamado unitario, y por otro lado actuaba conforme a ese principio. Esto último se observará con más precisión en el Centenario del Grito de Lares, donde Parrilla Bonilla esbozó un discurso y una praxis claramente unitaria a través de su trabajo como líder de ese evento. La cita a continuación confirma lo que intentaba desarrollar este cura perteneciente a la Teología de la Liberación: “La unidad hay que hacerla en la lucha y en el ámbito del pensamiento. La reflexión patriótica en todos los niveles le dará seguridad y planificación a la lucha libertaria”.

Para fraguar esta tarea compleja había que crear una red de apoyo más allá del sector ideológico independentista. Por ello, Parrilla Bonilla asumía el papel de portavoz del llamado unitario y hacía gala de su poder de convocatoria para convidar al Comité de Clérigos, compuesto por varias denominaciones religiosas, a desempeñar y promover la unidad independentista. Tanto fue el protagonismo de Parrilla Bonilla a favor de la unidad patriótica, que una encuesta de la época lo colocaba como la figura principal de la convergencia independentista en Puerto Rico.

Esta encuesta fue efectuada por la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales, entre la última semana de julio y la primera de agosto de 1971. La encuesta revelaba que el obispo puertorriqueño era visto como la figura más acertada para lograr la cohesión independentista. Una de las conclusiones de la encuesta manifestaba lo siguiente: “En cuanto a personas, la mayoría señala a Monseñor Antulio Parrilla como el principal agente unitario del independentismo puertorriqueño”.

Su discurso unitario también vino acompañado de demandas y requerimientos hacia los grupos independentistas del momento histórico. Las críticas que le hiciera a los distintos sectores independentistas constituían la base del proceso de evaluación, reestructuración y transformación de las fuerzas nacionales independentistas. El tema del voto electoral en las elecciones de 1972 resultó un elemento de división y fricción entre los diversos sectores independentistas. Por una parte, existía un sector que apoyaba la participación de los independentistas en dichas elecciones, y de otra parte estaban los que preferían el retraimiento electoral.

Antulio Parrilla Bonilla, aunque reconocía que las elecciones no resolvían los problemas radicales de Puerto Rico, creía necesario que los independentistas desarrollaran un frente amplio y unido, donde el tema de discusión fuera primeramente la independencia de Puerto Rico. Al respecto, señala Parrilla: “… un frente unido electoral de base amplia en el que puedan votar todos los independentistas (y así acabar con la abstención y el préstamo del voto) desde los más conservadores hasta los más radicales, bajo una sola franquicia”.

Sin duda, Monseñor Antulio Parrilla se desempeñó como un verdadero líder unitario dentro del sector independentista en Puerto Rico. Al amparo de la construcción de una república libre, soberana y justa, este defensor de las corrientes teológicas más avanzadas de la época defendió con tesón, gallardía y ejemplo la unidad independentista y la colocó como paso clave para la liberación del País. No nos cabe duda que Antulio Parrilla Bonilla vivió impregnado por la mística de un ideal de conciencia de cristiano y de patriota convencido. Esta prédica combinada transformaría el discurso católico y político de la época.


El autor escribió el libro Católicos rebeldes en Puerto Rico durante la Guerra Fría

Fuente: Claridad

 

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