El martes 12 de julio de 2016, a las 2 de la tarde, falleció en su apartamento de El Vedado, en La Habana, doña Aurorita, la viuda de Reinaldo Trilla Martínez, de quien expresó Rafael Cancel Miranda:

“Creyó en la independencia de su Patria y toda su vida la dedicó a lograrla, y creyó en la revolución cubana y la defendió con su vida. Fue valiente, fue un amigo, fue un patriota, un nacionalista albizuísta, que como supo amar a su Patria, pudo amar las otras patrias, Cuba muy en especial”[1].

Aurora y Reinaldo contrajeron matrimonio el 7 de octubre de 1967, cuando ambos tenían 35 años cumplidos. Ella trabajaba como secretaria en la Empresa Consolidada, donde también trabajaba Trilla, y se identifica plenamente con su pensamiento revolucionario, y como la eficiente mecanógrafa que siempre fue, Aurora lo ayudaba transcribiendo todos los documentos de la divulgación política que Trilla necesitaba difundir en su carácter de Presidente de la Unión de Puertorriqueños Residentes en Cuba, y como miembro de la Misión del Movimiento Pro Independencia de Puerto Rico en Cuba, inaugurada el 9 de marzo de 1966, su sede de la avenida 39 núm. 3404, en Marianao.  Asistían juntos a todas las actividades político ideológicas, y ella ayudaba en todo lo que podía para el buen desarrollo de las reuniones.

Aurora padecía de cáncer facial, desde joven. Las lesiones se recrudecieron con su edad avanzada, y ya solo se mantenía lúcida por momentos. Estuvo bien atendida hasta el final por el médico que vivía en su apartamento, por su decisión expresa, quien incluso trajo a su mamá para que cuidara de Aurora mientras él trabajaba como médico, en su consulta del hospital.

Según su última voluntad, su cadáver será cremado y sus cenizas reposarán para siempre junto a las de su esposo amado Reinaldo Trilla Martínez.

Descanse en Paz.


[1] Josefina Toledo: El caballero de amorosa dignidad. Biografía de Reinaldo Trilla Martínez. Prólogo de Rafael Cancel Miranda. Centro Cultural Ramón Aboy Miranda. Casa Aboy. Al cuidado de la edición y tipografía: Marisa Rosado. San Juan de Puerto Rico, 1998.