Lo que está viendo el Comité de Descolonización de Naciones Unidas y seguirá viendo en el testimonio del día de hoy, es la reacción de todos los sectores políticos e ideológicos de Puerto Rico y de su sociedad civil a expresiones recientes de las tres ramas del gobierno de Estados Unidos de que sigue inalterada la condición constitucional de Puerto Rico como territorio sujeto a los poderes plenarios del Congreso de Estados Unidos por virtud de la cláusula territorial de la Constitución de ese país.
20 de junio de 2016 Vistas sobre Puerto Rico, Comité de Descolonización de Naciones Unidas Intervención de Olga I. Sanabria Dávila
Presidenta de COPRONU
Su Excelencia Embajador Rafael Darío Ramírez Carreño, presidente Representantes de los países miembros de este Comité
Mi nombre es Olga Iris Sanabria Dávila. Soy presidenta del Comité de Puerto Rico en Naciones Unidas.
Lo que está viendo el Comité de Descolonización de Naciones Unidas y seguirá viendo en el testimonio del día de hoy, es la reacción de todos los sectores políticos e ideológicos de Puerto Rico y de su sociedad civil a expresiones recientes de las tres ramas del gobierno de Estados Unidos de que sigue inalterada la condición constitucional de Puerto Rico como territorio sujeto a los poderes plenarios del Congreso de Estados Unidos por virtud de la cláusula territorial de la Constitución de ese país.
Aquí hay representantes y simpatizantes de la anexión de Puerto Rico a Estados Unidos, autonomistas, soberanistas, simpatizantes de la libre asociación, e independentistas, representantes del Frente Amplio Pro Asamblea Constitucional de Estatus, y representantes de organizaciones de la sociedad civil que ven el logro de sus objetivos obstruido por el estatus colonial.
También ha llegado aquí esta amplia gama de representantes de los partidos y organizaciones de Puerto Rico porque su condición colonial deja a Puerto Rico sin opciones para dar respuesta a su crisis económica y fiscal que no sea la imposición por el Congreso de Estados Unidos de una junta federal de control fiscal que estará por encima del gobierno de Puerto Rico y cuya única función será obligar a Puerto Rico a pagar su deuda pública de 70 mil millones de dólares a través de medidas que llevarán a un acelerado deterioro de la crisis social ya existente.
Los acontecimientos recientes eliminaron el espacio para las ilusiones, espejismos y engaños que han prevalecido sobre el estatus político de Puerto Rico. Incluso han quedado desenmascaradas las falsas representaciones de Estados Unidos en Naciones Unidas para ser eximido de informar sobre Puerto Rico bajo el artículo 73(e) de la Carta de Naciones Unidas.
Es tiempo de dar sustancia a las resoluciones de este Comité sobre caso colonial de Puerto Rico, en particular, al inciso de las resoluciones que “exhorta a Estados Unidos a acelerar un proceso que permita al pueblo de Puerto Rico ejercer plenamente su derecho inalienable a la libre determinación e independencia de conformidad con la resolución 1514(XV)..” También hay que dar sustancia al inciso de las resoluciones que “Solicita a la Asamblea General que examine la cuestión de Puerto Rico y se pronuncie”.
Luego de 35 años de encierro, como parte de este proceso, pero sin más demora, tenemos que ver la excarcelación del preso político puertorriqueño Oscar López Rivera. El simbolismo que encarna Oscar López Rivera tiene doble filo. Por un lado, Oscar López Rivera simboliza la brutal dominación imperial a que ha sido sujeto el pueblo de Puerto Rico durante más de 118 años. Por otro lado, simboliza la resistencia del pueblo de Puerto Rico a la dominación colonial.
El estatus colonial de Puerto Rico conlleva la violación todos los días de los derechos humanos de casi nueve millones de seres humanos que integran una nación sujeta a estigmas y desprecio en muchos escenarios.
El excelso escritor puertorriqueño Eduardo Lalo se expresó ayer sobre la condición puertorriqueña en un editorial del diario de Puerto Rico de mayor circulación y dijo, “la vida de los puertorriqueños ha estado siempre en un ámbito incierto e impreciso, en un limbo jurídico que se hereda de generación en generación… la indignidad y violencia de esta política norteamericana es de tal naturaleza que cientos de miles de puertorriqueños no quieren reconocerla, porque implicaría una convulsión de tal magnitud que resultaría imposible vivir con normalidad”.
Como reflejan los testimonios ante este Comité año tras año, los puertorriqueños y puertorriqueñas amantes de nuestra patria que reconocemos esta indignidad y violencia, hemos luchado con la frente en alto. Hemos marchado, disparado, protestado, escrito, desobedecido, viajado y acudido a las urnas. Esperamos que haya llegado el momento que se nos escuche y que Naciones Unidas actúe sobre nuestra realidad colonial para que, junto a la movilización de nuestro pueblo, la presente situación desemboque en un proceso de descolonización a través de la aplicación al caso colonial de Puerto Rico de los principios de la resolución 1514(XV) de la Asamblea General.
Muchas gracias, Señor Presidente. Muchas gracias a todos y todas.
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Committee for Puerto Rico at the United Nations
20 June 2016 Hearings on Puerto Rico, United Nations Decolonization Committee Statement by Olga I. Sanabria Dávila
Your Excellency Embajador Rafael Darío Ramírez Carreño, President Representatives of the member countries
My name is Olga Iris Sanabria Dávila. I am president of the Committee for Puerto Rico at the United Nations.
What the United Nations Decolonization Committee is seeing here today and will continue to see in the testimony to this Committee is the reaction by all political ideological sectors in Puerto Rico and of Puerto Rican civil society to recent expressions by the three branches of the United States government that Puerto Rico´s constitutional condition as a territory subject to the plenary powers of the United States Congress by virtue of the Constitutional Clause of the U.S. Constitutional, remains unaltered.
Present here are representatives and sympathizers of the annexation of Puerto Rico to the United States, autonomists, sovereignists, simpathizers of free association, independence supporters, representatives of the Broad Front for a Constitutional Status Assembly, and representatives of civil society organizations whose objectives are obstructed by the colonial status.
Representatives of a broad spectrum of Puerto Rican parties and organizations are also present here today because Puerto Rico´s colonial situation provides no options for it to respond to the economic and fiscal crisis it faces except for a federal fiscal control board with authority above the government of Puerto Rico and whose sole function will be for force Puerto Rico to pay its public debt of 70 billion US dollars by way of measures that will accelerate existing social deterioration.
Recent developments leave no room for the illusions, facades and deceits which have prevailed regarding the political status of Puerto Rico. In fact, even misrepresentations of the United States at the United Nations when it was exempted from reporting on Puerto Rico under Article 73(e) of the United States Charter, have been exposed.
It is time to give substance to this Committee´s resolutions on Puerto Rico, in particular, to the paragraph that “Calls on the Government of the United States of America to expedite a process that will enable the people of Puerto Rico to fully exercise their inalienable right to self-determination and independence in accordance with resolution 1514(XV)..” and to the paragraph of the resolution which “requests the General Assembly to consider the question of Puerto Rico and decide on the issue..”
After thirty-five years of imprisonment, as a part of the process, but without further delay, we must witness the release of Puerto Rican political prisoner, Oscar López Rivera. The symbolism Oscar López Rivera embodies is two-fold: while he symbolizes the brutal imperial domination the people of Puerto Rico have been subjected to for more than 118 years, he also symbolizes the resistance by the people of Puerto Rico to colonial domination.
The colonial status of Puerto Rico implies the everyday violation of the human rights of almost nine million human beings who make up a nation subject to stigmas and disregard in many scenarios.
The famed Puerto Rican writer Eduardo Lalo wrote yesterday in an editorial in Puerto Rico´s major newspaper that “the life of Puerto Ricans has always been situated in a plane of uncertainty and lack of definition, in a juridical limbo inherited from generation to generation…The indignity and violence of this North American policy is such that hundreds of thousands of Puerto Ricans are loath to recognize it, because this would imply a convulsion of such magnitude that a normal life would be impossible.”
As reflected in testimony before this Committee year after year, we Puerto Ricans who love our homeland and recognize this indignity and violence have struggled proudly. We have marched, shot guns, protested, written, disobeyed, traveled, and we have gone to the ballot box. We hope the time has come for us to be heard and for the United Nations to act on our colonial reality, in order that together with the mobilization of our people, the present situation leads to a decolonization process with implementation to the colonial case of Puerto Rico of the principles of United Nations General Assembly resolution 1514(XV).
Thank you, Mr. President My thanks to all of you.
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