Una veintena de amigos y familiares de Carlos Muñiz Varela conmemoraron este jueves en el cementerio de San Juan, Puerto Rico, el 32 aniversario de su asesinato.
En la actividad, los asistentes escucharon los recuerdos de su hijo, Carlos Muñiz Pérez, y reiteraron el llamado de justicia y la exigencia para que el Negociado Federal de Investigaciones (FBI) entregue la evidencia que una vez aseguró tener sobre quién o quiénes lo asesinaron.
El Comité Amigos y Familiares de Muñiz Varela retomó la petición que hiciera en una carta, el 26 de marzo de 2011, al Director del FBI en los Estados Unidos, Robert S. Mueller III, para solicitar su intervención en el caso.
La petición se hace a partir de las declaraciones hechas en fechas anteriores (2006) por el jefe de la oficina del FBI en San Juan, Luis Fraticcelli, en cuanto a su disponibilidad de dar al Departamento de Justicia de Puerto Rico la evidencia que podría esclarecer este crimen.
Raúl Álzaga, uno de los portavoces del comité, afirmó a INS que aunque además enviaron la carta al congresista Luis Gutiérrez para que intervenga desde el Congreso, “no hay nada concreto, esperamos que en las próximas semanas o meses nos ayude”.
De igual forma, solicitaron ayuda del director de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), William Ramírez, “a ver de qué forma se puede, primero, persuadir, segundo, presionar a cumplan con el desliz que hizo, queriendo o sin querer (Fraticelli)”.
Recordó que en 2006 el director del FBI y el entonces secretario de Justicia en al isla, Roberto Sánchez Ramos, sostuvieron una reunión en la que trascendió que existe evidencia de quién cometió el crimen político.
Pero luego, por el caso contra el ex gobernador Aníbal Acevedo Vilá, “la luna de miel se rompió y había una especie de guerra fría”, por lo que no continuaron las conversaciones.
Muñiz Varela nació el 10 de agosto de 1953 en la ciudad de Colón, provincia de Matanzas, Cuba y llegó a Puerto Rico a los siete años, junto a su madre y su hermana.
Se destacó como líder estudiantil y laboral, lo que le llevó a fundar la agencia de pasajes Viajes Varadero en 1979 con la que casi 2.500 cubanos pudieron volver a ver a los familiares que habían dejado atrás.
Cuatro meses después de haber comenzado los viajes, Carlos fue asesinado por personas supuestamente vinculadas al exilio cubano de extrema derecha.
Transcurridos 32 años del atentado, su asesinato no ha sido esclarecido porque, a juicio de Álzaga, quizás el propio FBI “que tenía encubiertos sembrados en las organizaciones del exilio” pudiera tener que “desnudar” alguno de sus agentes, conocedores de la situación.
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