Un grupo amplio de puertorriqueños nos hemos unido (más allá de colores o ideologías políticas) para organizar una actividad que celebraremos simultáneamente en la Plaza de Armas de San Juan y las plazas públicas de Caguas, Ponce, Mayagüez y Arecibo el miércoles 29 de mayo de 2013, desde las 12:01am hasta las 11:59pm.

Durante estas 24 horas, numerosas personalidades de nuestro País estarán simbólicamente prisioneros en una celda recreada con las mismas dimensiones en las que ha estado encarcelado Oscar López Rivera la mayor parte de sus años en prisión. Esto con el propósito de ilustrar las inhumanas condiciones carcelarias que ha padecido don Oscar todos estos años y promover su excarcelación.

Oscar López Rivera es, al momento, el preso político boricua que más tiempo ha estado encarcelado. El 29 de mayo del año en curso cumplirá 32 años en prisión, 12 de ellos en solitaria durante los cuales nunca tuvo contacto físico con su familia.

Convicto por "conspiración sediciosa" por su lucha a favor de la independencia de Puerto Rico, NUNCA fue acusado ni hallado culpable de causar daño o muerte a persona alguna. Su sentencia es, a todas luces, viciosamente desproporcionada, fuera de los márgenes de lo que se considera justo.

En 1999 el presidente Bill Clinton conmutó las sentencias de once de los coacusados en este histórico caso, luego de que cumplieran entre 16 y 20 años de cárcel. El presidente declaró, ya en aquella ocasión, que las sentencias eran desproporcionadamente largas.

En el 2011, la Junta de Libertad bajo Palabra de Estados Unidos le negó, sin justificación alguna, la opción de ese tipo de excarcelación, declarando arbitrariamente que tendría que cumplir otros 15 años, es decir, un total de 45 años de cárcel antes de ser elegible para una reconsideración. Esto significa que Oscar no podría solicitar la libertad condicional hasta que cumpla los 83 años de edad.

Tres presidentes han conmutado sentencias de independentistas puertorriqueños: Truman (1952), Carter (1979) y Clinton (1999). Barack Obama tiene ahora en sus manos el poder constitucional que le permite poner en libertad a López Rivera inmediatamente.

Sería un signo de humanidad y de justicia con el cual debemos solidarizarnos todos los puertorriqueños amantes de la libertad y defensores de la libre expresión trascendiendo colores e ideologías.

Es una cuestión de derechos humanos y verdadera justicia lograr la liberación de Oscar López Rivera YA.