USAID vuelve a la carga en el empeño de destruir la Revolución cubana, esta vez usando como “tapadera” la organización World Learning y becas como señuelo.
El espacio radiotelevisado Mesa Redonda se hizo eco de la contundente denuncia del estudiantado cubano y sus organizaciones, sobre las más recientes acciones subversivas del gobierno de Estados Unidos, que vuelven a tomar como blanco a las generaciones jóvenes.
Periodistas, dirigentes estudiantiles y participantes en el llamado Programa de Verano para Jóvenes Cubanos, se reunieron para hablar a la opinión pública de este nuevo engendro anticubano -injerencista, manipulador e ilegal-, ampliamente repudiado por la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y sus miembros.
Los colegas Yailín Orta, directora del periódico Juventud Rebelde, e Iroel Sánchez, editor del blog La pupila insomne, destacaron que tras ZunZuneo y otros intentos fallidos, la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) vuelve a la carga en el empeño de destruir la Revolución cubana, esta vez usando como “tapadera” la organización World Learning y becas como señuelo.
Del rostro visible y la cara oculta de esta entidad aparentemente no gubernamental y sin fines de lucro, hablaron ambos panelistas, como también de ese programa de verano, presentado como intercambio cultural para seducir y captar a jóvenes cubanos, pura subversión disfrazada de oportunidades.
Algunos de los “becarios” contaron de este experimento, una inversión hecha en ellos -como se les dijo insistentemente durante esas semanas vividas en territorio norteamericano- y que debía dar resultados, nada menos que proyectos comunitarios que debían diseñar, gestionar y aplicar a espaldas de las instituciones cubanas.
Uno de esos jóvenes, Alejandro Sánchez, que actualmente cumple el Servicio Militar Activo, para dentro de un año iniciar estudios superiores en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, aseguró que son muy distintos los valores, las concepciones, y los choques fueron constantes.
Cambiar la mente de una persona no es obra de un día ni dos, pero sí hubo intentos de manipulación, pues, por ejemplo, aunque decían que no había carga política alguna en el programa, lo cierto es que progresivamente introdujeron elementos de esta naturaleza, al punto de que manifestamos nuestra preocupación por esa creciente y excesiva politización, recordó el joven.
Niubys García, vicepresidenta de la FEEM, y Claudia Proenza, miembro del Secretariado Nacional de la FEU, fueron tajantes al asegurar que nadie se opone al intercambio científico, cultural, académico y de todo tipo entre ambos países, siempre y cuando se haga de manera legal, ordenada, con transparencia y pleno respeto a las instituciones y las leyes cubanas.
Pero, esto nada tiene de intercambio y sí de complot, aseguraron, para reiterar la denuncia al modo solapado e injerencista de actuar de los organizadores del programa y quienes lo financian, con el deliberado propósito de subvertir el orden interno en Cuba, usando a jóvenes como agentes de ese cambio con que sueña el Imperio y que quiere decir el derrocamiento de la Revolución.
Tan cierto como que estamos abiertos al intercambio y la cooperación y a cuanto fomente el conocimiento, el entendimiento mutuos y una relación normal, es que el estudiantado y los jóvenes cubanos, revolucionarios por excelencia, somos depositarios del legado martiano y fidelista y defenderemos la Patria y el Socialismo, cueste lo que cueste, añadieron. (ACN)
|