"Es preocupante el sustancial aumento del voto fujimorista en los pasados cinco años. Del 2011 al 2016 ampliaron su poder en el Congreso de 37 a 73 escaños. Esto evidencia el descontento ciudadano con el gobierno de Ollanta Humala por las promesas incumplidas".

El pasado 10 de abril de 2016, se celebraron elecciones generales en la República de Perú, para elegir al presidente de la República y sus dos vicepresidentes. También para elegir a 130 congresistas de la República y 5 parlamentarios andinos para el quinquenio 2016 – 2021. Como ningún candidato presidencial alcanzó el 50% de los votos válidamente emitidos, se realizó una segunda vuelta electoral el pasado 5 junio de 2016. De acuerdo con la Oficina Nacional de Procesos Electorales del Perú, el nuevo presidente de la República lo será el liberal Pedro Pablo Kuczynski quien derrotó a Keiko Fujimori por 50.12% a 49.88%.

La República de Perú es un país muy grande con una superficie de 1, 285,215 Kms. cuadrados con una población calculada en 2015 de 31 millones de habitantes siendo el cuarto país más poblado de América del Sur. Tres cuarta partes de su población es urbana y una cuarta parte rural. La selva, donde convive el 14% de su población ocupa el 60% de la superficie del país. Localizada en la región andina, por el Norte colinda con Ecuador y Colombia, por el Oeste con el Océano Pacífico, por el Este con Brasil y Bolivia y por el Sur con Chile.

El Congreso de la República quedó controlado por el fujimorismo bajo el nombre de Fuerza Popular, quien obtuvo 73 escaños, lo que constituye una mayoría absoluta. La izquierda peruana bajo el Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad¹ obtuvo 20 escaños. Peruanos por el Kambio, partido de Pedro Pablo Kuczynski, virtual ganador de la elección presidencial, obtuvo 18 escaños. El partido Alianza para el Progreso obtuvo 9 escaños, Acción Popular 5 escaños y Alianza Popular 5 escaños. El nuevo Congreso tendrá la representación femenina más elevada de su historia con 36 legisladoras. Entre ellas, destacamos la elección de Indira Huilca Flores, una joven activista por los derechos humanos e hija del conocido líder sindical Pedro Huilca, asesinado por la mafia fujimorista en 1992.

Es preocupante el sustancial aumento del voto fujimorista en los pasados cinco años. Del 2011 al 2016 ampliaron su poder en el Congreso de 37 a 73 escaños. Esto evidencia el descontento ciudadano con el gobierno de Ollanta Humala por las promesas incumplidas. Bajo su mandato los conflictos sociales aumentaron. No cambió el modelo neoliberal heredado. Tampoco se dio una lucha ideológica para revertir las atrocidades de la dictadura. No sustituyó la Constitución Política del Perú de 1993. Con Humala, la izquierda perdió una oportunidad histórica para realizar las grandes transformaciones que el Perú necesita. El fujimorismo logró fortalecerse gracias a la traición del nacionalismo.

La disputa por la presidencia fue entre dos partidos de corte neoliberal. Debemos resaltar que la derrota del fujimorismo en segunda vuelta se dio por la unión de voluntades. La izquierda peruana, que hoy constituye la segunda fuerza en el Congreso, hizo un llamado a su electorado a votar por Pedro Pablo Kuczynski para cerrarle el paso a un fujimorismo que no fue capaz de distanciarse de las viejas prácticas de la dictadura. Ahora bien, este voto no significa un cheque en blanco para Kuczynski. Un voto viciado o en blanco solo favorecía a Keiko Fujimori. Durante los pasados meses, el colectivo No a Keiko convocó a varias marchas para denunciar los actos de corrupción y los vínculos con el narcotráfico del fujimorismo. Su trabajo en las redes sociales se basó en levantar consciencia sobre los peligros de un gobierno liderado por Keiko. Conviene recordar el atraso que significó para la democracia y el pueblo peruano, el gobierno de su padre, Alberto Fujimori durante la década del noventa del pasado siglo.  

Citamos en extenso lo expuesto en el documental Su nombre es Fujimori:

“Había una vez, un candidato presidencial llamado Fujimori. El candidato Fujimori no tenía un plan de gobierno serio. Ni en el ámbito económico ni en el cultural. Su único plan era en seguridad. Declarar el Estado de Emergencia por todos lados. Como tenía miedo de perder las elecciones el candidato Fujimori se vuelve socio de un misterioso asesor que lo ayudará a conseguir la presidencia. La mayoría de peruanos no sabía quién era el asesor, de dónde había salido, ni cómo había llegado al puesto en el que estaba. Alguien recordó que el asesor había sido investigado años atrás. Pero nadie escuchó. Poco a poco, el asesor se llenó de poder. Un poder nacido de sus estrechos vínculos con el narcotráfico. Había mucho dinero que nadie sabía de dónde salía. Un día, el mayor narcotraficante del país cayó capturado. En su juicio el narcotraficante contó que le pagaba 50 mil dólares mensuales al asesor a cambio de que nadie interrumpa sus operaciones clandestinas. La Fiscal de la Nación, en vez de investigar al misterioso asesor, salió a defenderlo públicamente”.  

Ese asesor se llama Vladimiro Montesinos, un exmilitar que fue expulsado del ejército peruano por colaborar con la CIA. No podemos hablar de Fujimori sino mencionamos a Montesinos. Éste último es recordado por los “vladivideos”, una colección de vídeos de producción casera en los que aparece sobornando a dirigentes políticos y empresarios de alto nivel, entre otros. Dentro y fuera del Perú, el gobierno de Alberto Fujimori es recordado como uno de los gobiernos más corruptos y atroces de la historia. Bajo su mandato unas trescientas mil mujeres campesinas fueron esterilizadas a la fuerza. A su gobierno se le atribuye la masacre de La Cantuta y la masacre de Barrios Altos, ambas perpetradas por el Grupo Colina; un destacamento militar formado por miembros de las Fuerzas Armadas del Perú. Alberto Fujimori debilitó la democracia peruana al estilo Pinochet, en Chile. El 5 de abril de 1992, disolvió el Congreso de la República, lo que se conoció como el autogolpe de Estado de Alberto Fujimori. Disolvió el Congreso para aplicar a comodidad las medidas neoliberales. Las privatizaciones fueron la orden del día y la fuente de su clientelismo. Por ejemplo, la industria eléctrica se privatizó al 68%, la agricultura al 35%, se vendió el 90% de las empresas mineras estatales, en manufactura el 85.5% y la industria de los hidrocarburos al 68%.

El neofujimorismo no existe como sostienen ciertos académicos. Keiko Fujimori nunca rompió con el fujimorismo. En sus dos campañas presidenciales ha resaltado la figura de su padre como el mejor presidente del Perú. Ella sigue llamando errores a las atrocidades cometidas por su padre. No olvidemos que Keiko Fujimori asumió ser la primera dama del Perú ante el divorcio de la pajera presidencial. Susana Higuchi, entonces esposa de Alberto Fujimori, lo acusó de torturas contra su persona. Keiko Fujimori ha ofrecido diversas versiones sobre el pago de sus estudios en los Estados Unidos. Hace pocas semanas se evidenció un patrón de conducta en el fujimorismo, el dúo Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos es ahora Keiko Fujimori y Joaquín Ramírez. Este último es investigado por la fiscalía peruana y por la DEA norteamericana por sus vínculos con el narcotráfico y por lavado de activos para la campaña de Keiko Fujimori. Cuando se destapó la noticia Joaquín Ramírez era secretario general de Fuerza Popular.

Ante el fracaso de Keiko Fujimori para ocupar la presidencia del Perú, su hermano Kenji Fujimori expresó su intención de ser candidato a presidente en el 2021. Cabe subrayar que Kenji Fujimori  se convirtió en el congresista más votado por segunda ocasión en los pasados diez años en el Perú.

¿Qué dirían los ilustres José María Arguedas, José Carlos Mariátegui, Manuel González Prada o Víctor Raúl Haya de la Torre, sobre lo que sucede en el Perú?


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¹ Coalición de partidos: Movimiento Sembrar, Tierra y Libertad, Movimiento Mundo Verde, Movimiento por la Gran Transformación, Central Unitaria de Trabajadores y Frente Único del Pueblo. Es una coalición política de partidos, organizaciones políticas, movimientos sociales y ciudadanos activistas del Perú cuyo principal objetivo es consolidar a los distintos sectores de la izquierda peruana.