En la pasada edición del Periódico Claridad, el compañero Héctor Pesquera Sevillano planteó la necesidad de una Mesa de Diálogo Independentista. Dicha propuesta ha sido objeto de críticas y diversidad de opiniones.

La crítica no es problema de ningún tipo. Después de todo en la confrontación de pensamientos y en el debate entre opiniones encontradas se da todo un proceso de aprendizaje mutuo. Mas el problema surge en la medida que la crítica se transforma en medio de desinformación.  Ante ello vale aclarar una serie de puntos importantes.

Primeramente la propuesta del compañero Pesquera Sevillano en ningún momento problematiza la cuestión de la cantidad de organizaciones independentistas y socialistas que existan en Puerto Rico. En ninguna parte se plantea ello como la esencia del asunto.  A este hecho hay que añadir el intrínseco respeto que se manifiesta hacia la soberanía y principios de cada organización. De manera alguna se pretende llevar a nadie a renunciar a principios organizativos. Se es más que preciso al expresarse que “partimos del reconocimiento de la independencia de cada una de las organizaciones… Se trata de un esfuerzo colectivo coaligado y de ninguna manera una fusión organizativa”.  Para nada se busca desaparecer diferencias entre organizaciones u ocultar conflictos ideológicos. Claramente lo que se expresa es un intento para coordinar esfuerzos.

Por otro lado se ha manifestado que la iniciativa es una meramente electoral, en búsqueda de administrar la colonia. Sin embargo es preciso observar que en la propuesta Mesa de Diálogo Independentista en ningún momento limita su alcance a funciones o eventos electorales. Muy claro se menciona la necesidad de mayor coordinación para lograr manejar eventos coyunturales. En este aspecto se señalan elementos tanto ambientales, como comunitarios y de otras índoles. Es decir, la prioridad es estar conjuntamente organizado ante los retos que se presentan a la sociedad puertorriqueña.

Indudablemente la organización coyuntural ha sido muy efectiva en ciertos casos. Mas en otros no ha logrado el empuje necesario para por ejemplo, detener la privatización del Aeropuerto Luis Muñoz Marín o evitar un Paseo Caribe.  Colocar todos los huevos en la canasta de la organización ante eventos particulares nos expone a estar dormidos en la zona de tres segundos. Inclusive, debemos establecer casos hipotéticos y cuestionarnos qué hubiera sucedido con el Aeropuerto si el grupo P.U.E.D.A. hubiera sido un organismo permanente que existiera previo al evento privatizador que secundó su creación.

Otro de los aspectos que se ha manifestado es que la propuesta Mesa redundaría en una especie de tribunal entre los distintos componentes. La realidad del caso es que el argumento parece un tanto aleatorio. Habría que observar de qué premisa se parte para concluir que dicho ente se traduciría en un enjuiciador de organizaciones. Después de todo, ningún miembro de la izquierda de este país debe tener el atrevimiento de pasar juicio sobre otro. Evidentemente si miramos el cuadro macro, todos hemos fallado.

Finalmente se acusa que la propuesta del MINH es una de corte capitalista, que busca traer una independencia burguesa a la Isla. En primera instancia, si el MINH impulsara una propuesta en beneficio de la clase propietaria del país estaría obrando contra su programa y postulados. En dicho programa se realiza un análisis de la situación social del país entrecruzado con la situación colonial. Como parte del documento se condena el capitalismo, al tiempo que se realiza un reclamo de igualdad social.  

La acción es lo que realmente cuenta. Si el MINH pretendiera impulsar una independencia burguesa, ello no concordaría con su constante presencia, colaboración y aportación con las luchas sindicales, estudiantiles y ambientales que se liberan en Puerto Rico. Plantear una independencia para los burgueses iría mucho menos a la par con el trabajo que hace la organización en la calle y en las comunidades. Trabajo que en muchas ocasiones se realiza sin mucho ruido, en silencio pues lo asumimos como parte natural de nuestro trabajo político.

A todos nos queda camino por recorrer, pero en la medida que enfilemos los cañones hacia nosotros mismos seguiremos teniendo una colonia ahogada en un capitalismo sangriento. Pretender desinformar es peligroso. No solamente desinformar, sino pretender ridiculizar a compañeros de lucha mediante el argumento de la crítica es mucho peor. El MINH no es una organización perfecta. ¿Defectos? Le llueven. Sin embargo es un colectivo que constantemente trabaja para trazar caminos hacia un mejor país, al igual que los hacen muchísimos otros grupos políticos y no políticos.

En una entrevista, refiriéndose al caso puertorriqueño, el Che comentó que cada país tiene condiciones particulares. Ante ello planteó que nosotros, los boricuas, tendríamos que desarrollar nuestras propias estrategias y mecanismos de lucha. Evidentemente el camino no lo hemos hallado, y mientras continuemos lapidándonos para luego cometer actos canibalescos, seguiremos convocando piquetes para ver las mismas caras.