Las elecciones del 6 de noviembre ya pasaron a la historia. Muchos apostamos a una nueva transición y/o transformación de la política puertorriqueña, pero no sucedió el cambio maravilloso que esperábamos.

La política puertorriqueña lleva más de 500 años de coloniaje, pero lo importante es que el sector de izquierda ha estado presente dando la lucha, siempre ganando pequeñas batallas en ocasiones y grandes en la mayoría.

El cuatrienio que culmina en el 2012, se vio protagonizado de grandes luchas como la provocada con la implantación de la ley 7, la descolegiación del Colegio de Abogados, el atropello a las comunidades, entre otras luchas. El país entró en una “crisis” social y económica, lo que los partidos emergentes entendían era una “crisis” de los partidos tradicionales.  

Aunque confieso estar  de acuerdo, al igual que muchos teóricos e investigadores, en que los partidos políticos están perdiendo o han perdido la credibilidad del pueblo, debemos preguntarnos,  ¿si verdaderamente ha ocurrido tal crisis?  A mi entender, después de lo sucedido el 6 de noviembre, esto no ha ocurrido en Puerto Rico. No ha ocurrido por distintas razones pero principalmente por el voto de castigo y la cultura del miedo infundada al elector, quien ha creído que la mejor manera es apostar al partido contrario del incumbente para solucionar los problemas que aquejan al país, obviando a los nuevos partidos que proponen excelente manera para atajar la difícil situación en que se encuentra nuestra patria.

Las elecciones del 6 de noviembre necesitan de un profundo análisis  que debería ir dirigido a varios asuntos:  a la “crisis de los partidos”, el voto de castigo de cada cuatro años y la posibilidad de un frente común ante las elecciones del 2016.

Las últimas victorias de la izquierda han sido, la huelga universitaria 2010, la consulta al país sobre la enmienda a la constitución sobre la fianza y la reducción de los legisladores, entre otras. Estas victorias han ocurrido precisamente cuando hemos tenido un frente común el cual  ha dado resultados porque hemos dejado atrás las cosas mínimas  que nos separan.  

La pregunta que les hago es: ¿por qué si los frentes comunes han funcionado no lo utilizamos para un frente electoral? Es sencillo, se nos ha olvidado que lo que nos une es la independencia y justicia social para nuestra patria Puerto Rico.  

El llamado a gritos a la juventud de izquierda es a no replicar las viejas costumbres de aquellos líderes que por diferencias, han permitido que el imperio estadounidense triunfe en la mejor consigna, DIVIDE Y VENCERÁS. Es hora ya de dejar de repetir viejas costumbres y comenzar a caminar juntos por lo que nos une: la independencia de Puerto Rico. Luego que esto ocurra, entonces hablemos de las diferencias, que si es el socialismo, el capitalismo, el anarquismo, el nacionalismo u otro proyecto que surja en el camino, pues así cada sector lo planteará y será el pueblo quien lo determine.

Soy Hostosiano porque creo que la educación es el fin de liberar a nuestro pueblo. A Puerto Rico, como dice el patriota nacionalista Rafael Cancel Miranda y a quien parafraseo:  Al pueblo de Puerto Rico le han colonizado lo más importante, que es su mente.  

Mi invitación desde la organización en que milito, la JUVENTUD HOSTOSIANA, es a que nos sentemos a lograr un proceso de educación, análisis y acción para tener un proyecto a corto y a largo plazo. Por eso creo que es pertinente y urgente hacer un frente común para educar sobre la independencia para Puerto Rico y un nuevo proceso electoral para el 2016.

*Joel Vázquez Rosario
Trabajador Social Comunitario
Miembro de la Juventud Hostosiana
Miembro de la Dirección Nacional del MINH