Escrito por Noel Colón Martínez / MINH
|
Jueves, 11 de Diciembre de 2014 13:40 |
El gobernador Alejandro García Padilla tiene una muy particular manera de reaccionar a las manifestaciones de crisis de liderato en su partido. Tan pronto se hace pública alguna crisis de liderato, él aparece acompañando a algún alcalde u otro funcionario en la inauguración de algún proyecto de infraestructura o algún proyecto de desarrollo económico.
Se le está haciendo entender al país que los grandes proyectos que diz que crearán muchos empleos no le permiten consumir su tiempo en las importantes disidencias que él considera como meras nimiedades. Lo importante es lo que él está haciendo con los proyectos del noroeste, con el desarrollo de Ceiba, con su interés en convertir a Puerto Rico en un gran centro para el desarrollo de empresas aeroespaciales.
Se nos dice que ya contamos con más de 5,000 personas empleadas en la industria aeroespacial y que pronto estaremos desarrollando una industria dedicada a la manufactura de componentes aeroespaciales. Además del proyecto de Lufthansa, se habla con familiaridad sobre las inversiones de Honeywell, Lockheed Martin y otros gigantes de la industria. Se nos dice que Puerto Rico es un lugar alterno a la Florida para el establecimiento de una base para el lanzamiento de satélites porque su lanzamiento al espacio se disminuye en 5000 millas por estar más cercanos al ecuador.
No se trata de otro esfuerzo de desarrollo económico al estilo de manos a la obra de la década del cincuenta del pasado siglo. Se nos ha dicho que el ingrediente más importante que hizo posible el proyecto de Lufthansa lo realizó el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden. Muchas de las empresas que se mencionan o se han establecido forman parte de ese complejo militar-industrial que en su momento denunció el presidente Eisenhower como el elemento más corrosivo de la sociedad norteamericana.
A mi juicio el movimiento de ese tipo de empresas no va a aportar significativamente a la disminución del desempleo pues se trata de alta tecnología que, a fin de cuentas, contribuye con inversiones planificadas dirigidas a obtener grandes beneficios llevando la utilización del recurso humano al mínimo. Todo ello sin mencionar las enormes inversiones que está haciendo y tendrá que continuar haciendo nuestro país para que se instalen e inicien operaciones.
Honeywell invertirá en mi pueblo de Moca cerca de 30 millones de dólares en un laboratorio de complejas pruebas electromagnéticas utilizando la más avanzada tecnología relacionada con el ambiente, que eventualmente creará 310 empleos, según publicado en Caribbean Business.
En términos generales no debemos ponerle trabas al desarrollo económico, pero cuando ese desarrollo económico es foráneo y se establece con controles foráneos, por lo menos debemos considerar seriamente si vamos a utilizar los pocos poderes que se nos reservan para asegurar que vienen a contribuir con el bienestar de nuestro país. Ya vemos que no lo harán empleando puertorriqueños de manera significativa. Entonces nos queda el recurso de imponer contribuciones que atiendan responsabilidades sociales que ellos están obligados a compartir.
Ahí volvemos a encontrarnos con el Gobernador y sus dificultades con la legislación que aumenta la contribución al petróleo. El representante Natal no sólo manifestó su oposición a esa legislación sino que sugirió que se considerara revisar la imposición contributiva sobre las corporaciones que exportan sus ganancias producidas en Puerto Rico a los fines de evitar una nueva contribución a la clase media y pobre de este país.
Los asesores fiscales del Gobernador no sólo rechazaron la propuesta de Natal sino que la descartaron de manera impropia pues en esa etapa de las discusiones el Gobernador creía que él podía imponer algo así como un todo o nada a sus legisladores. Se le olvidó que está pendiente una reforma contributiva que deberá ir a la consideración de la Legislatura. Esa actitud del Gobernador endureció la oposición a la llamada crudita con el resultado de que la Asamblea Legislativa le desfiguró totalmente el proyecto original y lo obligó, con alto costo para su liderato político, a negociar todo lo que se había rechazado en sus primeros amagos de extrema arrogancia.
Este país debe exigirle a esa Asamblea Legislativa que cuando consideren en enero el proyecto de reforma contributiva no pasen por alto que sin programa de manos a la obra Estados Unidos está promoviendo un proyecto hegemónico de grandes inversiones para Puerto Rico, con claro tinte militar-industrial, al que Puerto Rico debe imponer contribuciones que realmente aporten a nuestro bienestar general. El mal ejemplo de las 936 no debe repetirse.
¡Saludos y Felicidades!
Fuente-Claridad |