Durante la primera mitad del siglo 20, el aparato imperialista ejercía su poder en Puerto Rico sin disimulos, sin intermediarios. Desde allá nombraban al gobernador de la isla, promulgaban leyes como la Foraker, la Ley Jones; expropiaban terrenos para establecer instalaciones militares, nos obligaban a ser carne de cañón en sus guerras y todo lo que les viniera en ganas.
Con el advenimiento de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en la década del 40 y el crecimiento del sector independentista en la isla, en Washington se vieron obligados a buscar un intermediario que defendiera sus intereses en Puerto Rico sin tener ellos que dar la cara. Así surgió el Estado Libre Asociado (ELA), el parapeto del imperialismo. De esa forma mataron dos pájaros de un tiro: representaron ante la comunidad internacional que ya Puerto Rico se debía sacar de la lista de territorios coloniales y diezmaron las filas del independentismo al dividir la membresía del PPD, en sus inicios independentista.
Cuando Luis Muñoz Marín declaró incompatible ser independentista y ser miembro del Partido Popular Democrático, muchos independentistas fundaron el Partido Independentista Puertorriqueño en el 1946. En las elecciones del 1952 el PIP obtuvo el 19% de los votos para ocupar un segundo lugar, sin considerar los miles de independentistas que se quedaron votando por el PPD y el 3.3% de los votos que obtuvo el Partido Socialista de Puerto Rico. El Partido Estadista Republicano obtuvo el 12.9%. Desde entonces, y con el ELA como intermediario del imperialismo, el independentismo ha ido mermando electoralmente hasta lo que representa hoy en el escenario electoral.
La jugada les funcionó durante las primeras décadas, pero el intermediario ELA ya no les sirve hoy. Se les desplomó ese disfraz. Gracias al descalabro fiscal, ahora tienen que dar la cara nuevamente, sin intermediarios. La Junta de Control Fiscal Federal es la cruda cara del imperialismo. Es colonialismo para la colonia. Su poder estaría por encima del Gobernador y de la Legislatura, las dos ramas electas por el voto directo del pueblo puertorriqueño. Independientemente de que eso nos guste o no, el problema es que el instrumento del ELA para gobernar y ocultar la colonia colapsó. Washington ya no confía en el PPD ni en el PNP para garantizar sus intereses en Puerto Rico. Y decidieron hacerlo ellos mismos, sin intermediarios.
Y repito, nos guste o no, la Junta de Control Fiscal Federal va a ser nombrada y va a gobernar en Puerto Rico. Hay algunos incautos que dicen favorecer el nombramiento de dicha Junta. Pero tan pronto empiece el Cangrimán a invalidar leyes aprobadas en la Legislatura, o a invalidar medidas del Ejecutivo que ellos entiendan que podrían perjudicar sus intereses, veremos a los arrepentidos en las líneas de piquete.
En este momento el pueblo de Puerto Rico no tiene la fuerza organizada para detener la imposición de la junta fiscal reguladora. Pero se nos presenta la oportunidad de luchar contra el imperialismo sin intermediarios, cara a cara. Ese escenario, que desde el nacionalismo albizuista no se nos presentaba, es una gran oportunidad para unir al pueblo puertorriqueño en la lucha por la descolonización e independencia.
En este momento la tarea principal de la vanguardia patriótica es prepararse para la lucha contra la Junta de Control Fiscal Federal. Aún no ha sido nombrada y ya hay miles de Populares y Penepés que la rechazan. ¿Para qué, se preguntan, celebrar elecciones en la isla si después va a venir una junta de Cangrimanes a decir que lo que diga el Gobernador o lo que se redacte en la Casa de las Leyes no vale nada?
Toda organización comunitaria, sindical, profesional, ambiental y política debe poner en agenda la discusión de qué hacer ante el nombramiento de la junta imperialista. Todo boricua, resida aquí o allá, debe preguntarse cómo va a lidiar con dicha realidad. El País se ve obligado a luchar unido contra el poder imperialista encarnado en la Junta.
Estamos ante una nueva coyuntura política. Se nos presenta una oportunidad de oro para crecer como pueblo, unidos más allá de partidos o creencias religiosas, para acabar con el colonialismo y con la mentira imperialista. Como decía Don Pedro Albizu Campos: “No tenemos la fuerza para hundir sus fuerzas navales, pero tenemos la fortaleza para hundir su prestigio ante el mundo”.
Cangrimán: Vocablo utilizado en Puerto Rico para referirse a persona lista, con pocos escrúpulos, que se las agencia con trucos e inventivas para predominar. Viene del inglés "congressman". |