Mucho se ha hablado de la deuda de más de 70,000 millones de dólares que tiene Puerto Rico con inversionistas, pero ¿cuánto nos debe Washington por obligarnos a utilizar la marina mercante de Estados Unidos durante un siglo, la más cara e ineficiente del mundo? Los cálculos más conservadores estiman en unos $500 millones anuales el costo adicional del uso de esa marina para transportar nuestros alimentos.
¿Y cuánto nos deben por la destrucción sistemática de nuestra agricultura para obligarnos a comprarles e importar el 85% de lo que consumimos?
¿Cuánto nos deben por el uso y contaminación del Bosque Toro Negro y El Yunque con el agente naranja y otros tóxicos? ¿Cuál es la deuda de Washington por el proyecto de esterilización masiva a que fueron sometidas miles de mujeres puertorriqueñas sin su consentimiento durante la década del 40 al 50?
¿Cuánto valen las miles de muertes de soldados puertorriqueños que fueron utilizados como carne de cañón en las guerras imperialistas de Estados Unidos a través de todo el planeta?
¿Cuánto nos deben por el uso no autorizado de las aguas del Río Blanco para abastecerse durante años de agua para su instalación militar en Roosevelt Roads? El gobierno del ELA, al descubrir el robo, les facturó millones de dólares y el Tribunal de Estados Unidos en Puerto Rico determinó que la Marina de Guerra tiene “Inmunidad” y que no tenían que pagar esa deuda. Igual conducta de impago mostraron con un “pillo de agua” que durante años suplía del preciado liquido a las instalaciones del Correo General en la Avenida Roosevelt en Hato Rey.
¿Cuánto vale haber intervenido en nuestro proceso electoral, judicial y político para su ventaja durante las pasadas décadas? Ahora pretenden imponernos una Junta Fiscal que esté por encima del Gobernador y la Legislatura a la hora de determinar acciones, leyes, impuestos y contratos gubernamentales. Esto es inaudito.
¿Cuánto nos debe Washington por la explotación colonial a que hemos sido sometidos por más de un siglo? ¿Cuál es la deuda que tienen por el uso de nuestros mejores terrenos agrícolas para establecer instalaciones militares alrededor de toda la isla, expropiando forzosamente a los propietarios? En Vieques estuvieron más de 60 años zumbando metralla y contaminantes a diestra y siniestra, contaminando el ambiente y afectando adversamente la salud y el desarrollo de toda la comunidad. En Culebra aún quedan bombas sin detonar y desechos militares sin limpiar.
Alegan que no tienen dinero para realizar la limpieza y descontaminación que urgentemente requieren Culebra y Vieques. ¡Se trancó el dominó! Si ellos no pagan nosotros no tenemos por qué pagar.
El año 2016 tiene que ser el año del impago a los bonistas y de descolonización de Puerto Rico. La senadora María de Lourdes Santiago, candidata a la gobernación por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), lanzó la propuesta del Impago a la deuda. Nosotros la acogemos y respaldamos. Primero hay que auditar esa deuda para determinar si hubo fraude y beneficios “paralelos” en la otorgación de esos préstamos y si se utilizó el dinero para lo que se obtuvo el préstamo. Descartada la deuda ilegal, hay que ir contra los que se beneficiaron del traqueteo. Y el remanente, contraponerlo a lo que nos debe Washington por un sistema de dependencia colonial que no ha llevado a la ruina, mientras ellos se han enriquecido del mismo.
Para el Congreso de Estados Unidos, “pertenecemos a, pero no formamos parte de Estados Unidos”. Pues resulta que una pertenencia de ellos está en quiebra y ellos no quieren reconocerle, como al resto de sus jurisdicciones, el derecho a acogerse a la Ley de Quiebras, una prerrogativa de principios del sistema capitalista. Así es que hasta que no se cuadren los numeritos, no hay espacio para promesas de pago o nada por el estilo.
Una vez hayamos aclarado los numeritos y que Washington haya reconocido lo que nos debe, estaremos en condiciones de negociar la forma de pago de dicha deuda colonial, si alguna. Y no es con fondos buitres que vamos a trabajar. La República de Puerto Rico tendrá acceso al Mercosur y al Fondo Monetario Internacional para financiar el pago, si alguno, a los inversionistas estadounidenses. Veremos al final del camino que quienes nos deben a nosotros son ellos, que el impago es de ellos.
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